Cuando compramos coches de segunda mano, hay una serie de puntos en los que fijarse a la hora de decidirse:
- Seguridad: el más importante de todos. No sirve de nada una bonita carrocería, si lo que hay dentro no vale la pena. Y en materia de seguridad no hay que escatimar nada. Recordemos que lo que está en juego es nuestra propia vida e integridad física.
- Calidad de los materiales. Hay marcas que son mejores que otras a la hora de la resistencia de los materiales y de su durabilidad. No hay que perder de vista razones económicas de peso como éstas a la hora de otorgarle nuestros favores a un determinado coche. Normalemente las marcas alemanas de coches tienen todas la de ganar, frente a otra más desprestigiadas, como las italianas (Fiat y Alfa Romeo).
- Controles realizados en años pasados. Un coche de ocasión tiene que tener unas mínimas garantías de que su dueño anterior se ha ocupado de él en condiciones, por lo que contar con el libro de revisiones y comprobar que esté puesto al día y respetando los plazos, es fundamental. Por supuesto, la ITV tiene que haber sido pasada con éxito.
Por último, recordar que como en tantas cosas en esta vida, nuestro presentimiento es lo más importante: si, a pesar de lo que nos cuenta el vendedor, a nosotros no nos acaba de convencer el coche que nos está proponiendo, no perdamos más tiempo con él y pasemos a otro modelo. No no tenemos que dejar embaucar por el vendedor de turno, que actúa más pensando en su propio interés y prima de ventas que en nuestro bienestar.
