¿España ha sido siempre igual de violenta o es que Internet permite conocer hoy en día cualquier noticia en cuestión de minutos y con ello todos estos sucesos desagradables tienen una mayor repercusión mediática...?
Sí y no. Lo que está claro es que las agresiones familiares, ya sea hacia las mujeres o hacia los niños (o hacia algunos maridos, que aunque menos, también se dan casos) siempre se han dado. Lo que pasa es que en el pasado el número de denuncias era menor que el actual, e incluso hoy en día sólo entre el 10 y el 20% de los maltratos en el seno de la familia se denuncian...
Pero hay otros casos, como las agresiones xenófobas, como la de hoy en Valencia contra un establecimiento regentado por paquistaníes, o los casos crecientes de bullying en los colegios o acoso y amenazas a los profesores, que parecen estar en aumento desde un tiempo a esta parte.
Quizás esta sociedad en la que vivimos, tan deshumanizada y tan consumista, donde lo que impera es una cultura audiovisual de enorme violencia (videojuegos, películas, televisión) y de escasos valores morales (¿tenemos que recordar las interminables tertulias en TV acerca de las guarradas que se hacen los concursantes de Gran Hermano?), es la que nos está creando así, la que está permitiendo que los niveles de violencia, física y psicológica estén aumentando de forma dramática...

Para muestra están los casos innumerables de acoso moral en el trabajo, en un país como España donde se estima que alredededor de 2.000.000 de trabajadores sufren o han sufrido alguna vez un caso de mobbing en propias carnes... Con los efectos perversos y terriblemente nocivos que tiene esto, no ya sobre el individuo, que se da por descontado, sino también sobre las empresas, que pierden valiosos activos humanos, obligados a dimitir o siendo despedidos de la peor forma posible.
¿Es esto nuevo? Aunque en todas las sociedades en todos los tiempos ha habido violencia, antes era primordialmente física (guerras, ejecuciones sumarias, guillotina, batirse en duelo para resolver conflictos, etc...). Ahora esta violencia está siendo sustituída por una violencia más "refinada": la psicológica. Amenazas, acoso, intimidación, exclusión social... Son todas manifestaciones de una extrema violencia, que en algunos casos llevan incluso al suicidio...
No queda sino batirse, como dijo aquél, y procurar con tolerancia y respeto no promover aún más estos comportamientos salvajes en los humanos.