domingo, enero 14, 2024

Acoso sexual por parte de machitos inseguros

Hete aquí que tengo que tratar con cierto individuo, que todavía tiene complejo de niñito de mamá y que es un impedido emocional, al que le encanta airear sus partes íntimas en público. Llámese calzoncillos puestos a la vida de todo el mundo, o sus propios excrementos - orín, de momento, aunque todo llegará -. Siente una necesidad enfermiza de reafirmarse como macho de la manada y, como no sabe ni tampoco vale para reafirmarse de forma constructiva, lo hace de forma destructiva. 

Es el típico macho al que le dan calabazas en la discoteca por ser poco atractivo y, como venganza, toma recurso a insultar a las mujeres, llamándolas "feas" y "locas", porque sencillamente él tiene complejo de inferioridad. 

No hay manera de tratar con este tipo de machitos sin que te hagan la vida imposible: se sienten con derecho a maltratar, porque su mamá en su día les dijo que eran el centro del mundo y que todo lo que hacían, lo hacían bien; y ahora nada se lo puede quitar de la cabeza. Han aprendido que el mundo tiene que rendirse a sus pies porque llevan una cosa colgando entre las piernas. 

Son incapaces de respetar la voluntad de los demás cuando se trata de mujeres, porque la que tuvieron en casa - su madre - siempre les estaba sirviendo y nunca les dijo una palabra más alta que otra. Todo eran alabanzas. Todo era "eres el centro del mundo, hijo mío".

Y, claro, cuando unes eso a una clase social baja y a una extracción social de poco fuste, te topas con individuos inmanejables que recurren a lo que tienen entre las piernas para "castigar" a las mujeres por serlo. 

Unos imbéciles integrales, cuyo mayor problema es falta de cualidades y falta de confianza en sí mismos. Unos impresentables que usan el acoso sexual y el faltar al respeto mediante la caca y el orín para erigirse ellos en los dueños de la casa. Unos pobres imbéciles a los que nadie en su sano juicio mira ni hace caso porque son, sencillamente, unos perdedores. 

Y unos imbéciles que, a la postre, siempre buscan a una mamá de reemplazo, sencillamente porque su inutilidad para sobrevivir les incapacita para ser nada más que unos llorones, pero unos arrogantes al mismo tiempo. 

Qué rabia, qué asco, y qué pérdida de tiempo son este tipo de individuos. 

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