miércoles, diciembre 03, 2008

Película "La Ola": ¿sería posible que volviera el fascismo?

¿¿Que volviera?? Pero... ¿es que no estamos viviendo ya en él? (con todo lo que los gobiernos han hecho últimamente por los bancos, que no han hecho durante tanto tiempo por el pueblo... a eso sólo se le puede llamar fascismo y del bueno).

La verdad es que el fascismo es una tendencia natural del ser humano. Una segunda naturaleza. Un espíritu escondido dentro, disfrazado por la civilización y la educación humanista. La naturaleza del hombre tiende a buscar el poder, a imponérselo a los demás, lo que pasa es que el "marketing" que impera la actualidad disfraza las peores intenciones con las mejores apariencias...

¿Cómo puede ser? ¿Cómo puedo ser yo o cualquiera tan fascista como el más fascista de la Historia, pongamos Hitler para ser originales? (y eso que Hitler no era realmente fascista nazi, sino sólo fascista de sí mismo, de su propio poder, lo del nazismo la verdad es que se la traía al pairo). La mísera verdad es que no somos tan inteligentes como creemos, o no somos inteligentes de verdad y sólo poseemos una inteligencia superficial, que nos sirve para saber a qué botón de la máquina del café darle para que salga el líquido chorro. Solemos confundir eso con la "inteligencia", pero inteligir significa tener poder para discernir, y francamente, esta capacidad es de lo que más falta hoy en día en nuestra sociedad de tarumbas de Operaciones Triunfo y Grandes Hermanos.

La verdad es que nos encanta formar parte de un grupo, compartir la responsabilidad por las decisiones más difíciles, esconder nuestra cobardía e ignorancia personal en la masa, amparados detrás de la capacidad de liderazgo de algunos: "mira, es él quien me dijo que lo hiciera..." Como los niños. La verdad es que caemos con mucha facilidad al oír los cánticos de sirenas alrededor de nosotros. Y la razón oculta es el poder: en nuestro fuero interno nos gusta el poder que nos da la multitud, por supuesto que nos gusta el poder que nos confiere creernos (en lugar de "sabernos") mejores que los demás, nos embriaga el olor a victoria cuando imponemos nuestros puntos de vista sobre los de los demás. ¿Acaso no es eso la esencia misma del arte de la Política?

Todos en el fondo somos fascistas en potencia, y en su mayor parte sólo escapamos de milagro a sus perversos efectos gracias a la casualidad, o al hecho de vernos rechazados por alguna razón por el grupo. Es solamente a raíz del rechazo que muchos se rebelan contra alguna tendencia, pongamos el fascismo en este caso. No lo hacen por el conocimiento auténtico de los efectos nocivos de esta tendencia. Si pudiéramos, nos gustaría estar en ese grupo, pero como no lo estamos, como no estamos integrados, sólo nos queda demostrar a nuestro turno nuestro poder mediante la oposición de ideas: eres feo o fea, pero defiendes "la belleza del interior" aunque a ti mismo/a te atraigan ante todo los guapos/as. Eres pobre, pero defiendes que "el dinero no da la felicidad". No, pero ciertamente ayuda a conseguirla... además, alguien muy sabio dijo alguna vez que eso sólo lo decían aquellos que nunca habían sido ricos de verdad. Eres tonto, pero los hay que defienden que "lo que importa es tener un buen corazón"... por supuesto, importa eso y muchas cosas más, una no es excluyente de la otra, pero los hay que hacen verdaderos movimientos de defensa de esas creencias.

Al final, poco importa quién gana y quién pierde: habrá vencido el que haya conseguido demostrar que tenía razón, y además poco importa que esta razón en verdad lo sea o no. Es sólo una cuestión de egos, una batalla de personalidades.

Al final, incluso los más grandes demócratas sólo quieren demostrar al otro que tienen razón, y el pueblo sigue una u otra tendencia, apoyándola o no según se acepte socialmente determinada creencia y el grupo al que pertenezcan. ¿O acaso no es lo que pasa con los pro-aborto y los que están en contra? ¿Quién tiene la razón? Todo depende del grupo en el que estén. Tanto unos como otros quieren demostrar a los de enfrente que tienen razón, desde dos puntos de vista totalemente diferentes. Hubo una época en que el fascismo político manifiesto (lo llamo así para distinguirlo del fascismo oculto que reina en nuestra sociedad sin que nos demos casi cuenta) era perfectamente aceptable, y el que no estaba de acuerdo con ello y lo combatía, estaba condenado a la marginación, cuando no al campo de concentración directamente. En aquella época, ningún fascista pensaba que estaba haciendo algo malo. No mucho más, desde luego que cualquier ciudadano de un país "democrático" de hoy en día, que sabe que si puede acceder a ropa tan barata o permitirse cien iPods, es sólo a costa de la explotación de la población africana y asiática y de la esquilmación de los recursos naturales. A casi nadie creo que esto le quita el sueño hoy en día... y no deja de ser más injusto y más incorrecto que lo que tradicionalmente nos parece el horror de los horrores y así hemos aprendido a aceptarlo: el fascismo. ¿Por qué uno y no lo otro? Porque nos hacen creer que creer determinada cosa es lo correcto.

Después del fascismo de los años 40, vinieron los "demócratas" que impusieron su punto de vista, diciendo que era mejor. Mejor en algunos términos, sí, pero sólo de cara a la galería para cierta población: la europea, la norteamericana, ... e incluso en el caso norteamericano todavía no está muy clara la cosa cuando la sanidad es totalmente privada y te pueden dejar morir a la puerta de un hospital por no tener la cartilla del seguro en el bolso para pagar primero... Mientras, como decía antes, a los africanos se les extermina, con el objetivo del control mundial de la población: esas mismas sociedades "demócratas" venden armas y sostienen en el poder a los dictadores de los países tercermundistas, porque les conviene el expolio de las materias primas y la inestabilidad política que mantenga la venta de armas. Que nadie se lleve a engaño: todos esos dictadores asesinos, que aparecen por la tele han sido puestos y mantenidos en sus tronos presidenciales por obra y gracia de EEUU, GB, la UE & Co, por muy duro que suene, sólo hace falta informarse un poco, son hechos bien conocidos que no interesa mejorar las condiciones de vida de los africanos, porque entonces ¡¡correría peligro el de los europeos!! Y entonces desaparecería la base social de apoyo a esos políticos, europeos ellos, que dirigen el negocio de la venta de armas, porque constituye una partida muy importante dentro de la Balanza de Pagos de un país y ayuda a enriquecerse a esos mismos que pagaron sus campañas presidenciales... Y qué no haría un político para mantenerse en el sillón, puesto que es un ser humano, y por lo tanto, como he dicho antes, le encanta el poder y la victoria...

Y sí: en apariencia todos somos demócratas, pero sólo porque es lo que "se lleva", así como en el pasado se llevaba la religión católica, la Inquisición, las guerras coloniales y el esclavismo, el decir que fumar era bueno para la salud y te volvía más atractivo como en los años 50, y que a JFK le había asesinado una bala mágica, como pretendió la Comisión Warren y mucha gente se lo creyó. Todo depende del momento histórico en el que vivamos para que un grupo acepte tal o cual creencia. Ahora mismo, está de moda aceptar que nuestra sociedad cada vez esté mas controlada en todos sus aspectos y los derechos a la intimidad y privacidad de sus ciudadanos pisoteados, con la sempiterna y cansina excusa del "terrorismo"... Con lo cual: que tire la primera piedra el que esté libre de toda culpa, nadie tiene toda la razón.

Conclusión: todos somos susceptibles de cambiar de opinión según la cantidad de información de que dispongamos, y de cómo nos la presenten. Nadie "es" categóricamente así o asá, puede convertirse a priori en casi cualquier cosa de manera mucho más fácil de lo que hubiera pensado.

Pues a eso viene la película "La Ola": a demostrarnos que podemos cambiar a ópticas a priori totalmente contrapuestas a nuestra ideas "inteligentes", que dentro de cada uno de nosotros habita un pequeño fascista, con ansias de desarrollarse si se le da cuerda y se le pone el abono adecuado. Un grupo que refuerce y un líder que dé las consignas es todo lo que se necesita. Y esto no es que sea más susceptible de pasar en países de pasado claramente fascista desde el punto de vista político, como Alemania, sino que esto puede pasar en cualquier sociedad, en prácticamente cualquier momento de la Historia, y es porque responde a unos resortes básicos del ser humano: la necesidad de ser aceptado y de diluir su responsabilidad dentro de un grupo. Amén de por la fascinación por un líder que les haga creer que ellos son "los mejores".


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pienso que el fascismo es de fácil absorción por parte de un cerebro que:

1.- Ya no cree en el Socialismo porque se siente engañado.
2.- Ya no cree en la meritocracia porque ve que a su jefe le han concedido una Vivienda VPO pero tiene un Audi y gana 2300 Euros neto al mes.
3.- Ya no cree en la Democracia porque ve como la "ley" de unos pocos impera, ve la corrupción, el mamoneo de los políticos...el como la ley favorece al que asesina, roba, estafa...

Creo que el fascismo radical, la extrema derecha, está aletargado pero cargando las pilas... y que pronto remontará en Europa y demás continentes... porque la gente cada día cree menos en "el sistema".

Creo que "la Ola" está ahí, pero en medio del océano, es cuestión de tiempo que toque la orilla...

¡Ojala me equivoque!

Anónimo dijo...

Se tratará de un fascismo de la extrema-derecha o de la extrema-izquierda?? Aunque al fín y al cabo vienen siendo lo mismo: fascismo.

Es verdad que últimamente veo más skinheads y redskins, lo cual me hace temer y mucho. Espero que sea una tendencia que vuelva pronto a la baja!

Realmente, ojalá nunca llegue esa ola a la orilla...

Un saludo!

Llevochaleco dijo...

Una cosa es querer tener razón y otra muy distinta querer imponer nuestras ideas a los demás.
En el ejemplo del aborto que pones, los antiabortistas quieren imponer sus ideas. De lo contrario simplemente podrían quedarse calladitos y no abortar ellos.
Los que están a favor del derecho al aborto que yo sepa no van por ahí obligando a nadie a abortar.
Es solo un ejemplo.