Leyendo las muy nobles declaraciones de Carlos Ghosn acerca del papel del equipo en el éxito en la Fórmula Uno, donde no deja de repetir esas frases grandilocuentes en las que "equipo", "compromiso" y "éxito conjunto" ocupan lugares destacados, no he podido evitar soltar una gran carcajada por la valentía (morro) que tiene este hombre (y otros como él) para moralizar en público lo que jamás hace en privado.
"...esta misma mañana, el presidente de Renault, Carlos Ghosn, dejaba muy claro que la filosofía del grupo del rombo se basa en el equipo, y no en una única persona." Via
Y esto lo dice el directivo del mundo empresarial occidental que peor reputación tiene por el increíble culto a la personalidad que exige a sus súbditos, que durante las visitas las instalaciones de su propia empresa está más pendiente de que le hagan las fotos del lado bueno que de lo que le están contando, que siempre se avanza dos pasos delante de todos los demás para posar en las fotos por lo enano que es (1m 65 cms) ... Un ególatra que sólo soporta a su lado a la gente que le adula y luego va por ahí dando lecciones de "espíritu de equipo".
Si aplicamos el mismo discurso al mundo de la empresa, es el prototipo del lenguaje hipócrita del gran directivo curtido en mil batallas, que debieron de saldarse todas ellas con el abuso o la eliminación de algún elemento de la empresa verdaderamente creador de valor.
¿A qué magnífica escuela han ido todos estos "mandatarios" para poder aprender a decir tan bien tantas frases huecas y que van justamente en contra de todas sus actuaciones en el mundo real?
¿Cómo puede ser que los mayores HDP de las empresas, que actúan de la manera más egoísta y mezquina, que aplastan al que sea necesario para hacerse ellos camino, que se aprovechan del esfuerzo ajeno para progresar, que exigen que se les masajee el ego a todas horas ..., cómo puede ser que sean justamente ellos los que más énfasis hacen en lo del "equipo" cada vez que abren la boca en público? Hay un refrán que dice eso de que "dime de qué presumes y te diré de qué careces".
La verdad, siempre me ha maravillado la capacidad de auto-engaño que tiene esta gente, o su doble personalidad, que les permite vivir en una contradicción permanente con sus propios discursos. Siempre me he preguntado cómo es que pueden dormir por las noches y no tener pesadillas. ¿O será que su trabajo consiste precisamente en eso: en tomar el pelo a sus empleados? Será que esa es la única manera que tienen de mantener el poder.
Yo tengo una teoría respecto a esto y es que utilizan todos estos conceptos grandilocuentes para culpabilizarnos, inmovilizarnos mediante esa culpa y manipularnos cada vez que sea necesario. Todo con tal de mantenernos en el "recto camino" (para nosotros) que les permita a ellos seguir practicando los abusos de siempre. Si no, no se explica que los y las mayores HDP siempre sean los que echan los discursos más bonitos, tomando prestadas a las buenas gentes sus buenos sentimientos sólo para atribuírselos y prostituir esos conceptos.
Y me he encontrado, desgraciadamente, muchas veces con gente así, incluso entre familiares míos muy cercanos. Gente que, curiosamente, siempre es la que mejores consejos da y que, extrañamente, siempre es la primera que hace todo lo contrario a lo que aconsejan. Pero eso sí: luego van por ahí dándose de golpes en el pecho reivindicando su nobleza y haciéndose los ofendidos cuando alguien osa utilizar sus mismas armas contra ellos.
Pero cómo es que les dejan existir los dioses, me pregunto yo...
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1 comentario:
Chris Argirys, en sus buenos tiempos, hablaba del aprendizaje en las organizaciones, el bucle de primer orden y el de segundo orden, concluyendo que el de segundo orden no se produce practicamente nunca.
Los líderes se quedan en el primer orden:
Haz lo que yo te diga.
El de segundo orden es, claro:
Haz lo que yo haga.
Naturaleza humana, dinero a espuertas y demasiada comida de "diseño" producen estas embolias.
Saludos
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