Es una realidad, al menos en los entornos empresariales técnicos y directivos, que el reconocimiento social parece pasar por una imagen de trabajador enloquecido y estresado, que nunca parece detener el desbordamiento de trabajo. La serenidad de espíritu es síntoma de vagancia en los entornos empresariales de nuestro país.
Pues bien, la realidad parece demostrar que los resultados son más bien pobres. Y el coste psicológico es devastador, por otra parte. Tanto es así, que frases como ‘es el primero que llega y el último que se va’ se convierten en sinónimo de compromiso y eficacia. Así nos va.
De nuevo salen a prensa comentarios acerca de la cantidad de horas que trabajamos y lo poco productivos que somos en España. Y creo que seguimos todos de acuerdo, en lo uno y en lo otro.
Eso seguirá siendo así hasta que el número de infartos aumente tan alarmantemente, los trabajadores tengan que tomar conciencia de sus pobres estados de salud y se produzcan tantas pérdidas para las empresas que no quede más remedio que reconocer que menos es más.
3 comentarios:
Con organización y un buen ambiente se trabaja mejor y se rinde más. El "estresado" es también la típica imagen del ejecutivo americano listillo.
Y de eso ha salido mucho muy bien representado en el cine: no hay más que recordar Wall Street, por ejemplo. ¡Qué de gomina y cuánto estrés! Si el Gordon Gekko hasta se tomaba la presión él solito en el despacho...
Cierto nivel de actividad siempre es bueno, porque te da viveza en el trabajo. Cuando llegas al estrés, funciona todo bien un tiempo y luego empiezan los errores y los fallos son cada vez más graves y lo que en un primer momento era productivo ahora empieza a generar gastos a todos los niveles. Claro, habrá quien tenga repuesto para eso y mantenga su empresa con esos principios.
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