Nueva sección que inauguro con las noticias más llamativas con que me he encontrado a lo largo de la última semana:
- La vuelta atrás de Alemania en las conquistas referentes al papel de la mujer en la sociedad: el libro "El principio de Eva" aboga por la vuelta de la mujer al hogar. "Muchas mujeres no son conscientes de que cada vez se alejan más de su feminidad y su principal tarea: tener hijos, familia y una hogar acogedor". Parece ser que no basta con saber fabricar las mejores batidoras de cocina y los automóviles más potentes para ser un país avanzado. Una pena para las alemanas. A ver cómo superan el bache.
- No te creas todos los libros sobre negocios que leas. Por lo visto hay más gente aparte de mí que propugna el mantenerse alejado de las mentiras que cuentan muchos libros así llamados de "liderazgo". "Some of the biggest business / HR blockbusters of recent years [...] offer tales of inspiration that we find comforting and satisfying, but they’re based on shaky thinking." Se puede decir más alto pero no más claro.
- En un artículo algo más viejo (esto es, de hace algo más de un mes, esto es ser antiguo hoy en día...) el periódico Expansión y Empleo reflexiona en voz alta acerca de una tema espinoso y tremendamente incorrecto (políticamente): las mentiras grandilocuentes que cuentan los grandes directivos sólo por seguir la línea y que luego se encargan de desmentir con sus propias actuaciones cotidianas: "[...] en la empresa, los primeros ejecutivos, los mismos que viven este relativismo y defienden que cada uno es libre de opinar lo que quiera, aunque sea una sandez o una mentira, elaboran bonitos decálogos con palabras grandilocuentes del tipo: honestidad, integridad o lealtad. Y me pregunto, ¿de qué vale establecer unos valores que para todos son relativos?" Es lo que la autora del artículo denomina "incoherencias de la vida y de la empresa". ¡Y tanto!
- Y, por último, una reflexión en voz alta: ¿Es propio del mileurismo comer de fiambrera (o tartera)? Tanto años en la Universidad comiendo de bocadillo esperando a hacerlo de restaurante "de mayores" y ahora resulta que la regresión de la clase media y la pauperización progresiva de la sociedad se encarga de enterrar nuestros sueños en... ¡una tartera!
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