Es lo que ha debido pensar Sony, tras el batacazo sufrido en Europa con la última Playstation, que no se ha vendido ni como los churros, ni como los productos de la competencia, que es más grave.
Así que, a falta de grandes ideas, de innovación en el ámbito de la producción o de estrategias rentables en el área de Marketing, las grandes empresas, que gustan de autoproclamarse "visionarias, modernas, a la última en técnicas de management" echan mano del clásico recurso ante la época de las vacas flacas: echar al personal.
Ni más ni menos que 160 personas de la unidad de negocio europea esperan que les caiga la guillotina encima, y todo por errores arrastrados desde hace tiempo por esta compañía. Tanto MBA, tanta gaita, y al final resulta que a lo más que llegan los mandamases es a presentarse en la sala de reuniones con un bonito Power Point de una sola diapositiva donde pone bien en grande: "nuestro problema es la gente" (de abajo).
Está claro que su problema es de la gente, pero no de la de abajo precisamente, sino de los soplagaitas que se pasean por los pasillos café en mano y cuya máxima preocupación es con quién irán al campo de golf ese fin de semana. A los demás que les den. Como dijo un jefe mío: "bahhh, esos sólo son los soldaditos". Ahora está en Sudáfrica, y se ha atrevido a proponer como revolucionaria estrategia de marketing para vender más y salvar a su filial de los números rojos "regalar a cada cliente un boli que se ilumina con el nombre del producto escrito encima"... Para eso le hizo falta 10 años de experiencia en la empresa, 4 puestos de manager internacional y un Máster. Si es que me faltan las palabras para calificar a este sujeto. Pero bueno, teniendo en cuenta que se trata de un francés, igual es más fácil entender el misterio, quién sabe.
Así que ya saben, queridos grandes mánagers de multinacionales: la respuesta más simple siempre es la más acertada. ¿Que no se vende? A despedir. Así, de paso, mejorarán su calidad como mánagers duros y entregados, tal como recomienda Expansión y Empleo en este infame artículo. Porque "despedir enseña a dirigir". Sin comentarios.
3 comentarios:
Pues sí. Dirigir se parece cada vez más a ser verdugo o torturador.
Es lo siempre. Tuve un jefe incompetente que lo único que hacía era venir, echar una bronca (lo que fuera con tal de parecer un tipo duro) e irse. De cara a los dueños de la empresa el sujeto era un gran director de los "ociosos" empleados, a los que los tenía firmes. Desde un punto de vista objetivo, se trataba de un inepto que sólo podía conservar su trabajo intentando imitar a un inquisidor.
Esta gente parece que hace lo mismo, echar la culpa al que no puede defenderse. Cuando la próxima vez pase lo mismo, se sabrá quienes son los ineptos, pero será demasiado tarde para decenas de empleados capacitados y cualificados.
Bueno, es una manera de llegar a los número que se marcan a principio de año, no? que hay que ganar un 10% más que el año anterior? no hay problema, si no se consigue vendiendo el producto, se consigue con los sueldos que no pagaran a los que se despida. De esta manera el directivo llega al objetivo marcado por la dirección que pasa a ser el más admirado porque ha conseguido ganar dinero a pesar de no vender el producto. Todo un crack.
Publicar un comentario