... que no de trabajo. Leo en este post cinco razones por las cuales está desaconsejado cambiar drásticamente de profesión, cosa que en EEUU es mucho más habitual que aquí. Allí gente de más de 30 años un buen día decide volver a la Universidad por un tiempo o en modo part-time, se ponen a aprender cosas nuevas y cambian completamente su campo de actuación existente.
Aunque aquí en Europa estos casos son mucho menos frecuentes (y sobre todo en España, donde sacarse una carrera ya cuesta mucho tiempo, no hablemos de dos, tal como está hecho el sistema educativo), me ha parecido interesante el artículo. Lo cual no quiere decir que comulgue con todo lo que ha dicho. Veamos:
- Si odias a tu jefe: en ésta estamos de acuerdo, odiar a un jefe en particular no debe darte pie a meterte a estudiar 10 años de Medicina o 6 de Ingeniería. Si lo odias, cambia de trabajo (que no de profesión). Obvio.
- Quieres más prestigio: depende de lo que se entienda por prestigio. Si quieres ser famoso (?) evidentemente lo que tendrás que hacer es cambiar de profesión (meterte a comentarista de algún programa de corazón, por ejemplo, o irte a alguna Isla de esas de los famosos). Pero querer serlo no es muy sano, al menos, no debe ser la única motivación en el trabajo.
Ahora bien, si lo que se quiere es más prestigio entendiéndose como respeto hacia tu profesión, entonces sí. Si eres comercial de ventas y te tienes que tragar no sé cuantísimos insultos de clientes malhumorados, entonces lo mejor es que cambies.
- Quieres conocer más gente: si lo que echas de menos son amigos (o novios/as), cambiar de profesión no soluciona el problema. Igual deberías pensar en salir más o buscarte un hobby para entretenerte.
Pero si, en efecto, tu vida laboral adolece de falta de variedad porque siempre tienes que tratar con los mismos cuatro cascorros que te tocaron el primer día que entraste, puede ser una buena idea intentar encontrar algo más dinámico (vuelvo al tema del comercial, ahí sí que se conoce un montón de gente, aunque no siempre muy agradable...)
- Quieres que tu vida tenga más sentido: la autora dice que no, que el sentido de la vida no lo da el trabajo. Y yo añadiría: no lo da el trabajo exclusivamente, pero sí en gran medida. Hacer algo que no te gusta no es agradable y no contribuye a una mayor felicidad. Aunque conozco así de gente que hacen de su trabajo el eje principal de su vida y se olvidan de todo lo demás, por lo que, en el momento en que el tinglado se les va abajo por cualquier circunstancia, se encuentran completamente perdidos. El trabajo es muy importante para la felicidad de una persona, pero no puede ser sustitutivo de otras cosas: amor, familia, hobbies...
- Quieres ser más feliz: volvemos a lo de antes (además, este punto de la autora me parece redundante con el anterior). Tener un buen trabajo y que te aporte cosas en lo personal y en lo profesional sí que tiene una gran influencia en la felicidad de la persona. Lo mejor que se puede hacer en cuanto se detectan cosas que no van, es darle una solución cuanto antes, solución que pasa muchas veces por cambiar de sitio de trabajo o de puesto cuanto antes.
Por el contrario, la solución que propone la autora me da casi risa: ¡meditar! (Estos norteamericanos...) Pues siento mucho decirlo pero la meditación no sirve para apagar el deseo que encontrar un trabajo mejor, cuando la vida es un infierno en la empresa. Es sólo un paño caliente que recomiendan los "expertos" cuando no quieren hacerse cargo de las graves situaciones por la que atraviesan muchos trabajadores. Es como cuando vas al médico y te dicen que te tomes una Aspirina, cuando en realidad tú lo que tienes es una pancreatitis...
Hay que ser valiente y tomar el toro por los cuernos, la felicidad vendrá con ello. Y siempre es mejor meditar con una buena copa de vino delante, estando feliz y relajado por el propio efecto de tu vida, que intentar negar la infección y mirar hacia otro lado, esperando que la realidad cambie de color tras haberlo meditado un rato. No recomiendo auto-engañarse sólo por hacer más feliz a un gurú de estos de las "buenas vibraciones".
1 comentario:
He sabido de un corredor de bolsas que empezó a trabajar en eso a los 18 años. A los 34 se recontra aburrió e hizo un giro total en su vida. Se convirtió en profesor de tenis y le va muy bien! En su caso, le vino una crisis existencial- laboral. Quizás nunca había decidido de verdad lo que quería hacer cuando tenía 18 años.
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