Lo que Orwell escribió ya en 1948 (invirtiendo las dos últimas cifras del año se obtiene el nombre del libro, qué oportuno) parece que ya ha dejado de ser una mera fantasía de un escritor más o menos visionario, y nos encontramos ya de lleno en los albores de un estado supra-nacional, controlador de los movimientos de sus ciudadanos.
Tras la difusión por todo Internet del mini-documental "The Google Master Plan" donde se alertaba de la inmensa capacidad de esta compañía de obtener un perfil de lo más preciso - e íntimo, ni más ni menos que lo que pensamos cuando estamos a solas y hacemos búsquedas por Internet para saciar nuestra curiosidad - de los usuarios de sus servicios (todo "free", como le gusta al ser humano), apareció hace unas semanas esta página web de la Universidad alemana de Augsburgo, donde se emite otro mini-documental titulado "Stop the Big Brother State" (subtítulos en castellano).
En él no se nos cuenta nada que no sepamos (o intuyamos ya), pero para mucha gente puede constituir un medio para abrir los ojos sobre las consecuencias que se pueden derivar de lo que está pasando actualmente.
Sabemos que cada vez se instalan más cámaras de vigilancia por las calles (GB ha elegido ser el conejillo de indias de esta operación a gran escala y avanzadilla en el retroceso del derecho a la intimidad básico del ser humano: 4.2 millones de cámaras de videovigilancia en su territorio, es decir, una por cada 14 ciudadanos - ver informe).
Sabemos que los datos biométricos que piden los EEUU para los pasaportes, junto con los 34 famosos datos que exigen sean rellenados una vez se está dentro del avión y sobrevolando el océano, pueden tan bien servir para detectar posibles terroristas, como para atentar contra la privacidad (ver noticia) y permitir poner en marcha por primera vez en la historia de la Humanidad un sistema de control de datos de la población a gran escala.
El pasaporte biométrico parece ser el preludio de algo más. El Gobierno planea crear una central de administración de documentos de viaje, una especie de banco de datos online donde se pueden verificar los datos de los pasaportes. Si es necesario, la policía y la justicia también podrán hacer uso de esta información. Los críticos manifiestan serias dudas sobre esta medida. Joris van Hoboken, quien trabajara para Bits for Freedom, una organización que se dedica a la protección de los derechos civiles digitales, considera esta propuesta como el comienzo del fin. Según Hoboken, tal propuesta hace surgir dudas sobre la manera en que el Estado garantiza los derechos civiles. (fuente)
Y también sabemos que se han querido aprobar leyes (o se las han saltado cuando así convenía) que intensifiquen el control sobre nuestras telecomunicaciones (teléfono fijo, móvil, email). Y esto se ha hecho tanto desde el lado neo-conservador estadounidense (ver noticia), como del de la Vieja Europa, antigua y tradicional socialdemocracia (con el Reino Unido a la cabeza, que no es que pertenezca a la socialdemocracia tampoco...: creación de bibliotecas que archivan emails privados, bases de datos de DNA de un millón de personas sin antecedentes criminales, un sistema de cámaras de vigilancia y control por GPS para monitorizar 35 millones de movimientos de vehículos diarios, etc...)
O se han sacado de la manga una novedosa idea de implantes de chips a personas con la tan misericordiosa función de tener un historial médico disponible las 24 horas por si nos pasa algo (alergias a medicamentos, operaciones, ver noticia) o directamente se quieren utilizar para combatir a un enemigo común (la inmigración, ver noticia). En ambos casos se han elegido dos causas nobles y muy demagógicas que pueden ser interpretadas por la población como aceptables, o incluso beneficiosas, y, por lo tanto, causar menos rechazo. Es como darle a alguien aceite de ricino disimulando el amargo sabor con un batido de fresa...
Y ¿para qué toda esta parafernalia? Pues para un control exhaustivo de la población.
Con el aumento exponencial del número de habitantes en el planeta, junto con los cambios climáticos a gran escala que se avecinan y empiezan a producirse ya, más la segura crisis del petróleo (ocurrirá en 10 años a lo sumo, según algunos expertos; ver este excelente documental "The End of Suburbia" aquí), el estallido de innumerables conflictos a escala planetaria se da por descontado. ¿Llegará un día en que una zanahoria valga más que un fajo de dólares? Probablemente, si esto sigue así.
Todos estos conflictos amenazan con producirse a nivel global y de manera global, invirtiendo la tendencia de que hasta ahora la globalización sólo traía cosas buenas... Lo global funcionará tanto para lo bueno como para lo malo. Por lo tanto, el control también tiene que ser global.
El mismo grupúsculo de poderosos de siempre, que se renueva en el tiempo con las generaciones, tiene decidido que ellos son la élite del planeta y que los demás sólo son los soldaditos, los proveedores de los brazos para trabajar. Y como toda mentalidad elitista tiene claro que el poder tiene que seguir quedándose de un solo lado y no ser compartido con los soldaditos, o éstos se les podrían subir a la chepa (véase la ilustración perfecta de este tipo de mentalidad en la archi-conocida, por otro lado, sociedad secreta nacida en la Universidad de Yale, EEUU: "Skull & Bones" - ver vídeo en YouTube aquí - que aparece al principio de la última película de De Niro: "El buen pastor". Miembros conocidos de esta sociedad son o fueron George W. Bush, George Bush padre, Harold Stanley - fundador de Morgan Stanley -, Russel Davenport - editor de la revista Fortune Magazine -, etc...)
Con todos estos datos en la mano, no queda más remedio que reconocer que ser objeto de un tracking tan detallado y continuo, todo ello "por nuestro bien", no puede sino hacernos sentir algo incómodos, por decirlo suave... A mí la verdad es que todo esto me recuerda extrañamente al experimento de la rana en la placa de Petri (que aparece en el documental de Al Gore, "Una verdad incoveniente"), a la cual le van calentando el agua cada vez más sin que se dé realmente cuenta de ello, porque se va adaptando, hasta que es demasiado tarde y acaba colapsando. Y aunque en esa ocasión se tratara de un tema relacionado con el medio ambiente, encuentro que la comparación es perfecta.
Relacionada: El mundo según Bush
2 comentarios:
A los gobiernos, y poderes, les gusta tener a sus ciudadanos, y clientela, bien controlada.
La información en esta entrada es muy interesante. Al menos a mí me parece interesante. Para quien quiera complementar lo aquí escrito, leer "Amanecer Crepuscular" (de Paul Virilio) y "Vigilar y castigar" (de Michel Foucault), es recomendable.
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