1. La dedicación: si un hombre llega todos los días al trabajo a las 7 de la mañana y se va a las 9 de la noche, y eso durante años y años, será percibido como alguien de inmenso valor para la compañía y como una persona que tiene total dedicación y compromiso con la empresa.
Si una mujer hace lo mismo, se la tildaría de exagerada, falta de vida personal y peligrosamente ambiciosa. Eventualmente habría que ir pensando en pararle los pies.
2. El empuje: Si un hombre expresa sus opiniones en público con convicción, sin temor a contradecir a los demás presentes y se muestra orgulloso de su propio punto de vista, se le considerará como alguien que tiene una cabeza privilegiada, las ideas claras y demuestra liderazgo, al ser capaz de expresar ideas impopulares pero con seguridad en sí mismo.
Si una mujer hiciese lo mismo, se la consideraría excesivamente agresiva, con mal carácter y enfadada con el mundo, amén de alguien que no sabe integrarse por llevar la contraria a la opinión mayoritaria.
3. La socialización: Si un hombre sale a comer todos los días con otros colegas del trabajo y tarda cada vez dos horas en hacerlo, se piensa que es porque está plenamente integrado en la vida de la empresa, tiene amigos y además se merece esas dos horas libres, porque ha trabajado mucho y necesita relajarse.
Si una mujer hace lo mismo, se cree que es sólo por escaquearse de cumplir con sus horarios, sentando además un precedente negativo al sobrepasar el tiempo permitido, y en el mejor de los casos, la conversación que tenga será intranscendente o habrá aprovechado para irse a la peluquería.
4. El estilo directivo: Si un hombre necesita algo, se limita a pedirlo, de forma más o menos directa.
Si una mujer pide algo de la misma forma, se la considerará mandona y falta de tacto.
5. El criterio: Si un hombre se enfada porque algo esté mal hecho, dirán de él "qué buen profesional, qué buen criterio tiene".
Si una mujer muestra descontento con algo mal realizado, dirán que es que es una persona imposible y que se enfada por cualquier motivo.
6. La imagen pública: Si un hombre pasa por los pasillos sin saludar y con expresión neutral o cara de pocos amigos, dirán: "es que tiene muchas cosas sobre la empresa en que pensar", y añadirán un "pobrecito" detrás.
Si una mujer no se pasea por los pasillos sonriendo, la idea que viene a la cabeza es "qué antipática es".
7. La organización: Si un hombre olvida regularmente hacer sus liquidaciones de viajes, reservar con antelación sus billetes de avión o preparar carpetas con documentos, ni siquiera se le acusará de nada, sino que automáticamente encontrarían a una mujer dispuesta a hacer eso por él (una secretaria, de preferencia).
Si una mujer hace eso, es que no se sabe organizar.
8. La vida personal: Si un hombre se va media hora del trabajo para arreglar algún asunto personal, es normal.
Si una mujer se va por lo mismo, seguro que será para ver escaparates de tiendas o alguna tontería parecida.
9. La paternidad / maternidad: Si un hombre se toma alguna vez la tarde libre para ir a ocuparse de algún incidente que les haya pasado a sus hijos, todo el mundo lo compadecerá sinceramente e incluso le harán parte de su trabajo como muestra de solidaridad.
Si una mujer se tiene que tomar aunque sea una hora de la jornada para ir a atender a sus hijos que están enfermos o se han caído o han tenido una pelea en el cole, todo el mundo pone los ojos en blanco y mira al techo. Cuando vuelva, le habrán caído dos o tres marrones extra.
10. La ambición: Por último, si un hombre sencillamente se limita a ser él mismo, estará siempre más o menos justificado y aceptado por los demás, no importa si ese ser uno mismo significa ser más o menos huraño, quisquilloso, imposible o incompetente. Si declara públicamente sus ambiciones todo el mundo soltará un "ohhh" de admiración por tener las cosas tan claras en la vida, aparte de apoyar su deseo de tener ambiciones.
Una mujer nunca puede ser ella misma, se considera que se tiene que adaptar en permanencia a todas las circunstancias, y aún así, nunca lloverá a gusto de todos y será siempre criticada por alguna razón. Y, por supuesto, nunca podrá decir que quiere llegar a ser jefa de máximo nivel o de cualquier otro nivel, porque se le tachará de "demasiado competitiva".
Y si alguna vez alguien osara hacer una comparación entre un hombre y una mujer que se comportan de la misma manera para hacer caer en la cuenta de la injusticia de esta contradicción en el trato, la respuesta que se oirá con más frecuencia será: "no, no se puede comparar, es que es ... diferente".
Dan ganas de ser mujer, ¿verdad?
7 comentarios:
Aunque resulte doloroso admitirlo en pleno siglo XXI, es así. Queremos ir de modernos pero España sigue siendo un país machista. Ojalá algún día seamos un poquito europeos.
Ja. Si entro en la polémica será para echar combustible. Así que voy a dejar un comentario sobre la entrada anterior, de la cual no encontré cómo comentar, así que te pido disculpas por hacerlo acá.
Me pareció muy interesante lo que escribís sobre la importancia que van cobrando los blogs. Y estoy de acuerdo con que expresan lo que tenemos dentro. En el blog de Julen, se ha escrito algo acerca de la transparencia a la que llevan los blogs y esto de exponerse. Simplemente porque se pueden descubrir las trampas, las copias y la falta de profundidad. Muy interesante todo esto.
Sí, en efecto la entrada anterior no tiene los comentarios habilitados, no sé por qué, un error de Blogger seguramente...
Por cierto, cebolla: no te cortes, "polemiza" sobre este post, aquí hay libertad de expresion :)
Ja, ja... Lunes, soy de los que piensan que muchas mujeres no pueden ocupar las mismas posiciones que los varones. Por la estructura mental más que nada. Suelen ser más inestables emocionalmente. Sentí la diferencia de trabajar para varones y para mujeres. Los varones somos más directos mientras que las mujeres dan más vueltas para todo.
Tengo unos nueve años de trabajadora y pienso que las mujeres tendemos más a llevar nuestros problemas afectivos al trabajo.. Me da pena y verguenza decirlo, pero somos más ciclotímicas, injustas, jodidas.
Pienso también que esto que digo se da más intensamente cuando trabajan mujeres con mujeres, es decir, cuando no hay equilibrio entre cantidad de un género y de otro. Pienso que cuando hay equilibrio en ese aspecto, los defectos de uno y otro sexo se anulan y el ambiente es mejor, más sano.
saludos porfines
ps. a mi también me gustó mucho el post del blog en el cv.
Respecto al post anterior, ¿tienes habilitada la opción "permitir" en el apartado "opciones de entrada" cuando editas un post? Me está pasando lo mismo últimamente con algunas entradas, y no sé porqué razón se pone en "no permitir" por defecto.
En cuanto al tema de este post, todavía tenemos mucho que avanzar, pero es indudable que las mujeres están adquiriendo más y más importantes responsabilidades, llevándolas perfectamente. Muchas de las empresas que tenía como clientes estaban dirigidas por mujeres, o sus responsables principales eran mujeres y eso que en mi sociedad el machismo es la nota dominante.
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