En un alarde de relaciones públicas y acuciada por las repetidas denuncias por emplear niños y trabajadores del 3er Mundo en condiciones esclavizantes, NIKE ha decidido recientemente romper relaciones con una planta paquistaní que viola los derechos laborales, según reporta El País.
Lo que no queda claro es la utilidad de esta medida: si Nike quisiera que se respetasen los derechos de sus trabajadores, haría mejor en incrementar salarios y aplicar la legislación laboral en aquellas plantas subcontratadas. Despedir a un montón de pakistaníes, que probablemente seguirán trabajando en las mismas condiciones para alguna otra multinacional, no es la solución.
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